La cinta nos presenta a un escritor cansado de constantes decepciones y al borde de la ruina, que nuevamente es relegado por una responsable del grupo editorial donde quiere publicar su novela. Entonces actúa de forma impulsiva, e inventa estar trabajando en el proyecto más importante del siglo para conseguir una última y desesperada cita. Ahora dispone de 24 horas para encontrar algo convincente. Cualquier cosa lo suficientemente poderosa con la que interesar a la editorial, cuando sólo tiene humo. Un órdago sin nada: ni juego, ni cartas, ni tan siquiera baraja. Farol descomunal, espeluznante salto hacia delante que requiere un genial e improvisado truco de prestidigitación.
El personaje de Irving, que llega a confundir lo real con sus propias invenciones, está construido retomando el viejo debate platónico que asocia mentira y creación literaria. Un gran fabulador puede ser también un tremendo mentiroso. Manipulador no exento de encanto, el protagonista utiliza memoria y realidad para crear con ellas algo totalmente nuevo. Reconstruye y teje la historia que más le conviene en cada momento, usando fragmentos de su experiencia vital, así como, embustes perfectamente encajados. El resultado es un producto cien por cien ficcional e igualmente verosímil. La falsa biografía es una invención tan bien construida que pasa por ser real. Leer más...
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